Una amputación traumática se puede definir como la pérdida de una parte anatómica (una dedo, una pierna...) de forma accidental.
El caso que más grave que encontramos son amputaciones totales donde hay una gran pérdida de sangre que nos puede provocar un shock hipovolémico o incluso el daño o pérdida de algún órgano vital. Es importante cubrir el miembro amputado con gasas estériles (para evitar una infección) e introducirlo en una bolsa con hielo, para poder conservar el tejido. El miembro tendrá que ser trasladado junto al paciente de forma urgente.
Las medidas sobre la zona afectada son similares a las que tomamos en caso de hemorragia, ya que esta la mayor complicación que se nos puede presentar:
- Comprimir la zona del traumatismo con fuerza, con gasas o vendas, y no separar en ningún momento. También podemos comprimir la arteria o vena que irrigue esa zona.
- Si es posible, levantar el miembro afectado por encima de la altura del corazón.
- En caso de que la hemorragia sea difícil de controlar, no dudar un hacer un torniquete (es las heridas normales, nunca hacer torniquete, solo comprimir).